Sabemos que nuestros gatos tienen emociones. Su biología y comportamiento son la prueba viviente de que esta afirmación es cierta. Es fácil saber cuándo su mascota está molesta o contenta en su mundo. Lo muestran físicamente con su postura, posición de la cola y vocalizaciones. Es evidente cuando un perro es feliz. Puedes leerlo en su cara. Eso plantea la pregunta, ¿los gatos también pueden sonreír? La respuesta es sí, pero de otra forma.
Inteligencia emocional
Las razones por las que un gato puede hacer esta expresión son variadas, como lo son con las personas. Recuerda que los felinos no son tan maduros emocionalmente como los humanos. Los expertos estiman que los perros tienen alrededor de 2 años y medio en esta escala. Es más difícil de medir en felinos debido a las diferencias en la domesticación y la interacción de los humanos con los gatos.
Nuestra relación con los perros se remonta a entre 20 000 y 40 000 años. No pasó mucho tiempo antes de que los humanos se dieran cuenta de lo valiosos que podían ser sus compañeros caninos. Eso condujo a la cría selectiva por parte de las personas para producir perros con propósitos específicos y un afán innato por complacer. No era lo mismo con los gatos. Su trabajo principal era deshacerse de las plagas.
Muchas personas podrían considerar la capacidad de entrenamiento como una medida de inteligencia. No enseñamos trucos ni órdenes a nuestros gatos, por lo que no podemos medir su coeficiente intelectual o su capacidad para expresar emociones de la misma manera. Debemos buscar en la biología y la evolución respuestas a la pregunta de si los gatos pueden sonreír.
ADN compartido y emociones similares
Podemos suponer que si los humanos y los gatos comparten parte del mismo ADN, eso podría equiparlos para expresar emociones de manera similar. Tuvimos un ancestro común con gatos, perros y roedores hace unos 94 millones de años. Felinos y caninos se separaron de la línea hace unos 55 millones de años. Hoy en día, los gatos comparten alrededor del 90 % de nuestro ADN. Curiosamente, la cifra para los perros es del 84 %.
La investigación nos ha demostrado que los gatos tienen una estructura cerebral similar a la de los humanos. Eso nos da a ambos la capacidad de navegar por nuestros mundos por igual. Nuestras mascotas tienen una ventaja en la visión y el olfato, pero nos movemos con los mismos cinco sentidos en diversos grados. También debemos considerar cómo encaja la comunicación en este rompecabezas.
Los gatos tienen un repertorio vocal decente que se adaptan a sus condiciones de vida. La investigación ha demostrado que las mascotas vocalizan de manera diferente a sus contrapartes salvajes. Estos hallazgos sugieren un grado de inteligencia y neuroplasticidad o la capacidad del cerebro para reorganizarse en respuesta a los estímulos. Nuestras mascotas pueden aprender y formar recuerdos a largo plazo. Lo siguiente a considerar es el lado emocional de la pregunta.
Saber cuando un gato es feliz
No es ningún misterio saber cuándo un gato está feliz o enojado. Utilizan varias formas de comunicación para dejar claras sus emociones. Un felino contento mantiene su cola erguida, mientras que una mascota molesta la inflará o la abofeteará repetidamente como advertencia. Eso nos indica que nuestro compañero felino tiene sentimientos y no dudará en expresarlos.
Los mamíferos producen una hormona llamada oxitocina, la llamada hormona del amor. Es un factor en las relaciones sexuales, el nacimiento y la vinculación social. Una revisión de la investigación sobre las interacciones entre humanos y animales sugiere que este tiempo de unión aumenta la liberación del químico en los humanos y sus mascotas. Por lo tanto, nuestros gatos pueden formar lazos con nosotros como nosotros con ellos.
Anatomía similar
Hemos establecido que existen las emociones que podrían comunicar felicidad y proporcionar forraje para que los gatos sonrían. La siguiente pregunta que debemos hacernos es si los felinos tienen la capacidad física de sonreír. Eso implica determinar si su anatomía está a la par con la nuestra para ver si es posible.
La estructura y el lugar donde los músculos involucrados se insertan en los huesos faciales difieren en los gatos. Pueden usar el músculo buccinador para masticar y amamantar como las personas. Las personas, los primates, los gatos y los perros tienen un músculo cigomático menor que les permite levantar el labio superior. El llamado músculo sonriente es el músculo cigomático mayor, que todos poseen. El gato no.
La otra cosa a tener en cuenta es que los felinos envían señales diferentes cuando usan estos músculos. Puede significar agresión como mostrar los dientes antes de una pelea. También puede desempeñar un papel en el apareamiento cuando los gatos usan su órgano de Jacobson o vomeronasal para detectar feromonas en el aire. Esta estructura se asienta en el techo de la boca del animal y complementa el olfato o el olfato.
El músculo cigomático mayor es la estructura que nos permite levantar las comisuras superiores de la boca en esta expresión. Probablemente se podría argumentar que los perros evolucionaron de manera similar para comunicarse más a la par con sus dueños. Devolver una sonrisa podría forjar sus lazos para que se vuelvan aún más fuertes con el tiempo. Eso hace que sonreír sea un rasgo adaptativo de los caninos.
El parpadeo lento
Toda esta información no significa que los gatos no puedan sonreír. Es solo que tienen una forma diferente de expresarlo. Sabemos que los felinos pueden mostrar felicidad y satisfacción. Los gatos son animales visuales porque ese es el sentido principal que usan para cazar. De ello se deduce que sus ojos también son vitales en la comunicación. Si bien no sonríen como nosotros con la boca, usan sus ojos para transmitir la misma emoción.
Investigaciones de las universidades de Portsmouth y Sussex han demostrado que los gatos entrecierran los ojos y parpadean lentamente en una expresión que es como la sonrisa humana. Las mascotas usan esta acción para comunicarse con sus dueños y les responderán al hacerlo. Los científicos también descubrieron que era más probable que los gatos caminaran hacia un humano haciendo el mismo gesto.
No hay duda de que una sonrisa es una expresión de bienvenida a nivel humano. Sin embargo, el hecho de que los gatos no tengan la misma anatomía no significa que puedan mostrar emociones similares. Simplemente usan su sentido más desarrollado para asumir la tarea. Vale la pena señalar que el contacto visual directo con un gato y un humano es una señal de afecto.
Conclusión
Los gatos son animales expresivos si te tomas el tiempo de aprender cómo se comunican. No es que no muestren emociones o que no puedan sentirlas. La evolución simplemente los llevó por un camino diferente que puso el brillo en sus ojos en lugar de una sonrisa en sus rostros. El parpadeo lento es un gesto más íntimo que muestra mucho amor si lo piensas. Es una prueba de que los gatos también tienen un lado tierno.