La respuesta corta es sí, los perros pueden contraer virus estomacales. La gastroenteritis se refiere a la inflamación del estómago y los intestinos.1 Mientras que la gastroenteritis a veces puede resolverse por sí solo sin intervención médica, los casos graves deben llamar la atención de su veterinario de cabecera. Dependiendo de la gravedad de los síntomas de su perro, es posible que necesite líquidos por vía intravenosa o suplementos nutricionales para garantizar la recuperación.
¿Cuáles son los síntomas de la gastroenteritis en perros?
Los síntomas más comunes de la gastroenteritis en perros son los vómitos y la diarrea intermitentes. El vómito puede contener bilis amarilla y espumosa, especialmente si el perro vomita con el estómago vacío. Su perro también puede mostrar dolor abdominal y puede resistirse, gritar o mostrar sensibilidad cuando se toca la barriga. Los perros con gastroenteritis también pueden parecer apáticos y letárgicos.
¿Qué causa la gastroenteritis?
La gastroenteritis se considera un diagnóstico de exclusión, lo que significa que su veterinario diagnosticará esta afección descartando causas alternativas, a menudo mediante análisis de sangre, exámenes fecales y/o estudios de imágenes (rayos X, ultrasonido). Algunas de las causas más comunes de gastroenteritis en perros incluyen:
- Infección del tracto gastrointestinal (viral, fúngica, bacteriana o parasitaria)
- Envenenamiento/toxicidad
- Pancreatitis
- Enfermedad hepática
- Enfermedad renal
- Cuerpo extraño intestinal
- Cambio repentino en la dieta
- Intususcepción (el intestino se desliza hacia otra porción del tracto intestinal causando un bloqueo intestinal)
- Diabetes
¿Cómo se trata la gastroenteritis?
El tratamiento de la gastroenteritis comienza rehidratando a tu perro y restaurando su equilibrio electrolítico. Tanto la humedad como los electrolitos se pierden cuando un perro experimenta episodios persistentes de diarrea o vómitos.
Su veterinario puede recomendar líquidos intravenosos o subcutáneos. Su veterinario también puede recetarle antibióticos, antieméticos o gastroprotectores para ayudar a su perro a recuperarse cómodamente.
La comida a menudo se retiene durante las primeras etapas del tratamiento, ya que darle comida a su perro puede hacer que vomite más. En ocasiones se ofrecen al perro pequeñas cantidades de alimento bajo en grasas y de fácil digestión, y depende del criterio del médico. Después de 24 a 48 horas, se reintroducirá lentamente la comida.
Cuándo preocuparse: AHDS y deshidratación
Si a tu perro de repente le da diarrea sanguinolenta sin causa aparente, lleva a tu perro al veterinario de urgencias. Pueden tener el síndrome de diarrea hemorrágica aguda o AHDS, una inflamación grave del tracto gastrointestinal acompañada de hemorragia interna.
El AHDS es una afección grave y puede ser fatal si no se trata, y se produce una pérdida grave de proteínas o sepsis (infección del torrente sanguíneo).
También debe llevar a su perro al veterinario inmediatamente si jadea, tiene la nariz u ojos secos, encías pálidas y saliva espesa, pérdida de elasticidad de la piel (si retira la piel de su perro del cuerpo y es lento para volver a su lugar), o pérdida del apetito. Estos son signos de deshidratación y es posible que su perro necesite terapia de fluidos para recuperarse.
Reflexiones finales
La Gastroenteritis es una preocupación seria, así que tómela en serio. Afortunadamente, con la medicina moderna, es relativamente fácil tratar a su perro. Una vez más, si tu perro tiene una aparición repentina de diarrea con sangre, ¡no demores en llevarlo al veterinario!