Dado que los gatos pasan aproximadamente la mitad de sus horas de vigilia bañándose, es posible que se pregunte cómo es posible tener un gato apestoso. La pura verdad es que un gato perfectamente sano rara vez apesta. Un olor desagradable que emana de tu felino puede ser una señal de que algo anda mal, a menos que, por supuesto, haya comido un alimento húmedo con olor a pescado o se haya revolcado en su arena. Aquí hay 11 posibles razones por las que tu gato huele mal y qué hacer al respecto.
11 razones principales por las que tu gato huele mal
1. Enfermedad dental
Los restos de comida en descomposición en los dientes y las encías de su gato pueden contribuir al mal aliento e incluso a enfermedades dentales. De hecho, se estima que el 70 % de los gatos tienen algún tipo de enfermedad dental a los 4 años. ¿Sabías que puedes (y debes) cepillar los dientes de tu gato? Sin embargo, el proceso es un poco diferente de lo que haces durante tu rutina matutina.
Tendrás que trabajar gradualmente para usar un cepillo de dientes en tu felino. Puede comenzar frotando la boca y los dientes de su gato con un hisopo de algodón humedecido en jugo de atún durante las primeras sesiones para acostumbrarlo a los movimientos. Cuando sea el momento de cepillarse los dientes, asegúrese de elegir un cepillo de dientes suave que no pueda pinchar sus encías accidentalmente, y siempre use pasta de dientes formulada para gatos. La pasta de dientes para humanos a menudo contiene ingredientes que son tóxicos para los felinos y nunca debe usarse en ninguna mascota.
2. Diabetes
Al igual que los humanos con la enfermedad, un gato diabético puede desarrollar lo que se conoce como "aliento azucarado" o "aliento a alcohol". Esto sucede cuando el cuerpo de tu gato no produce suficiente insulina. La diabetes puede ser una afección grave, por lo que debes llevar a tu gato al veterinario lo antes posible si sospechas de la enfermedad.
3. Enfermedad renal
Es más probable que la función renal deteriorada afecte a los gatos mayores. Desafortunadamente, cuando comienzan a mostrar síntomas, sus riñones ya han perdido una función significativa. Es importante que lleve a su gato al veterinario para que lo evalúe si comienza a notar mal aliento acompañado de otros síntomas, como pérdida de peso y pelaje sin brillo.
4. ITU
La orina de tu gato puede tener un olor inusualmente fuerte y desagradable si tiene una ITU. Fíjate si el olor empeora después de que regresan de la caja de arena para ayudar a reducir la causa.
5. Heridas cutáneas no tratadas
Una pelea con el gato del vecindario o el perro de la familia podría haberle dado a tu gato un simple rasguño que pasó desapercibido. Sin embargo, es posible que las bacterias se hayan acumulado mientras tanto, y ahora tienes una infección en las manos que deberá tratarse en el veterinario.
6. Candidiasis
Aunque es menos común en gatos que en perros, tu felino puede desarrollar candidiasis en la piel y las orejas. Por lo general, huelen un poco agrio y mohoso, como pan mohoso.
7. Infección del oído
La levadura, las bacterias, los hongos o los ácaros del oído pueden causar irritación del oído. Toca las orejas de tu gato para ver si se sienten más calientes de lo normal. Las orejas calientes, rojas o hinchadas suelen ser un signo de infección. Afortunadamente, las infecciones de oído suelen ser bastante fáciles de tratar. Sin embargo, deberás llevar a tu gatito al veterinario para que le limpie las orejas y determine la causa para recetarle el medicamento más efectivo.
8. Secreción de la glándula anal
Los gatos tienen dos glándulas anales externas que utilizan para marcar su territorio. Ocasionalmente, esas glándulas pueden obstruirse y presentar un olor fétido que huele un poco a pescado podrido mezclado con perfume realmente barato.
9. Molesto GI
Si recientemente cambiaste la comida de tu gato, o si comió algo inusual, es posible que tu gato esté experimentando algún malestar gastrointestinal, como diarrea o pedos.
10. Caca pegada en su pelaje
Si tu gato recientemente tuvo malestar estomacal con diarrea, es posible que parte de la caca residual se haya adherido a su pelaje trasero. Esto es especialmente un problema para los gatos de pelo largo.
11. Han rodado en su caja de arena
Sí, es asqueroso, pero algunos gatos prefieren jugar en la caja de arena en lugar de simplemente hacer sus necesidades y salir. Si tu gato siempre huele a heces, es muy probable que esté rodando en su caja cuando necesita irse. Asegúrate de mantener la caja de arena limpia para minimizar el riesgo de propagar patógenos en tu casa, especialmente la toxoplasmosis, que comienza a activarse después de que su caca haya permanecido fuera de su cuerpo durante al menos un día.
Qué hacer con tu gato apestoso
Una vez que hayas determinado el tipo de hedor, por lo general puedes determinar tu próximo curso de acción. Por ejemplo, si huele caca, revise sus cuartos traseros en busca de diarrea seca o heces, y cambie su caja de arena. Si recientemente cambió su comida, puede probar otra fórmula que sea más fácil de digerir para ellos o cambiar a la nueva receta de manera más gradual que usted. Si huele aliento a amoníaco, es más probable que sea un signo de una enfermedad grave, como una enfermedad renal, y debe llevar a su gato al veterinario tan pronto como pueda.
Siempre puedes intentar bañar a tu gato como primer recurso, especialmente si huele a caca o sospechas que el problema es externo. Aunque los gatos suelen bañarse solos durante horas al día, es posible que un gato mayor con problemas de movilidad como la artritis no pueda llegar a todas las partes de su cuerpo y necesite tu ayuda para mantenerse limpio.
Como siempre, controle a su gato en busca de cualquier otro síntoma además del mal olor, e infórmele al veterinario si nota algo más inusual.
Conclusión
Aunque tener un gato maloliente apesta, también puede ser un signo de una enfermedad grave. Su primer curso de acción debe ser determinar el tipo de hedor, ya sea que huelan a orina, caca, alcohol o amoníaco, y revisar su cuerpo para detectar otros signos de desorden. Conocer el estado general de tu gato puede ayudarte a decidir si su próximo destino es la bañera o el veterinario.