Todo el mundo sabe que cierto grado de olor viene con el territorio cuando tienes mascotas. Los gatos tienen cajas de arena que de vez en cuando apestan, y los perros pueden volverse terriblemente malolientes después de una salida bajo la lluvia. Sin embargo, ¿qué pasa con los reptiles? Se mantienen en tanques y recintos, por lo que sus olores deben ser mínimos en el mejor de los casos, ¿verdad?
La verdad es que las tortugas pueden oler, aunque el olor generalmente se atribuye a sus hábitats si no se mantienen limpios. Siga leyendo para aprender cómo eliminar cualquier reptil persistente olores en tu casa.
¿Por qué las tortugas huelen mal?
Las tortugas generalmente no huelen, pero el recinto suele ser el culpable si lo hacen. Sin embargo, este no es siempre el caso. Si bien las tortugas no tienen un fuerte olor natural, pueden acumular partículas de suciedad en la piel o el caparazón, lo que los vuelve malolientes.
La conclusión es que si tu tortuga huele mal, es muy probable que deba lavarse o que su tanque necesite una limpieza a fondo.
Los 7 consejos para deshacerse de los olores de tortuga
1. Lava tu tortuga
Aunque muchas tortugas mascotas viven en el agua, a veces no es suficiente para eliminar los malos olores de sus caparazones. Si su mascota huele bastante mal, puede bañarla en una pequeña tina de plástico. Sin embargo, debido a que las tortugas pueden transmitir salmonela, no recomendamos bañar a su tortuga en la misma tina en la que se baña usted.
Frote suavemente el caparazón de su tortuga con un cepillo de dientes de cerdas suaves y agua sin cloro. Asegúrese de haber eliminado cualquier acumulación de algas entre sus escudos. Este también es un buen momento para inspeccionar a su mascota en busca de lesiones que puedan haberse convertido en infecciones, lo que podría aumentar su olor.
Si tienes una tortuga, bañarla regularmente la mantendrá limpia e hidratada. Esta es una parte muy importante de la cría de tortugas. Un remojo de 15 a 20 minutos en agua tibia debería ser suficiente. Las tortugas jóvenes deben remojarse diariamente, disminuyendo esta frecuencia a cada dos días a medida que crecen. Cuando son adultos, necesitan un baño al menos una vez a la semana.
2. Considere actualizar el tamaño de su tanque
El tanque de tu tortuga puede ser el culpable del olor simplemente porque no es lo suficientemente grande. El tanque debe acomodar diez galones de agua por cada pulgada del largo del caparazón de la tortuga. Si tiene más de una tortuga en un tanque, agregue cinco galones por cada pulgada de tortuga adicional.
3. Reemplace o limpie el filtro
Un filtro de alta calidad es absolutamente necesario para mantener el tanque de su mascota limpio y seguro para que habite. Un filtro sucio deberá cambiarse regularmente, y un filtro de mala calidad debe cambiarse por uno más grande y más eficiente para ayudar a controlar los olores.
Los filtros de bote, que recomendamos enfáticamente para el tanque de su tortuga, vienen con canastas que puede llenar con cualquier medio filtrante que prefiera. Debe poner la mayor cantidad posible de medios en el filtro sin obstruir el flujo de agua. Estos filtros albergan buenas bacterias que trabajan duro para descomponer los desechos. Cuanto más grande sea su filtro, mejor podrán crecer las bacterias buenas, pero mayor será la velocidad de flujo. Sin embargo, no puede confiar solo en su filtro para limpiar el tanque de su mascota. Los nitratos eventualmente se acumularán y obstruirán el filtro.
4. Eliminar partículas de alimentos
Use una red pequeña todos los días para eliminar los excrementos o las partículas de comida no consumidas. Las tortugas son comedores muy desordenados, y cualquier partícula de comida que quede flotando en su tanque puede ensuciar el tanque y enturbiar el agua.
Algunos cuidadores de tortugas prefieren alimentar a sus mascotas en un recipiente diferente para mantener su hábitat principal más limpio y sin restos de comida.
5. Reemplace parte del agua
Reemplace parte del agua del tanque de su tortuga con agua limpia al menos una vez por semana. Incluso si el agua de la piscina se ve bien, aún podría tener un alto contenido de amoníaco o nitratos. Trate de reemplazar entre el 20% y el 50% del agua semanalmente. Cuando comiencen a acumularse desechos o se reduzca el flujo del filtro, sabrá que es hora de realizar un cambio completo de agua y limpiar el filtro.
6. Haga una limpieza completa del tanque
Si las tácticas anteriores no ayudan a eliminar el olor, puede ser hora de limpiar el tanque por completo. Esto debería suceder cada dos o tres semanas, dependiendo de su(s) tortuga(s).
Primero, ponte un par de guantes. Luego, retira todo lo que haya dentro del tanque, comenzando por tu tortuga. Una vez vacío, límpielo con una solución de agua tibia con un limpiador seguro para tortugas. PetMD recomienda usar una solución muy diluida de agua tibia y lejía. No te pierdas la camiseta de tirantes y métete en todos los rincones. Lave la solución de limpieza y deje que el tanque se seque completamente.
A continuación, deseche el sustrato viejo y reemplácelo con material completamente nuevo. Remoje todos los juguetes y rocas en agua tibia. Enjuague bien estos artículos después de que se hayan remojado por un tiempo para asegurarse de que toda la espuma restante haya desaparecido.
Reemplace el agua por completo. Coloque el sustrato nuevo y vuelva a colocar los accesorios limpios en el tanque.
7. Evite los limpiadores comerciales
Si bien es tentador enmascarar los olores relacionados con las mascotas con limpiadores comerciales o desodorantes, esto puede ser letal para sus tortugas. No use limpiadores químicos o ambientadores en la misma habitación que el tanque de su tortuga. Si debe usar un limpiador, opte por uno seguro para reptiles como esta opción de Flukers y asegúrese de haber enjuagado bien el área después.
Reflexiones finales
Si bien las tortugas generalmente no huelen, un tanque mal cuidado o una tortuga sucia pueden emitir un olor fuerte. Si bañar a su mascota o hacer una limpieza completa del tanque no soluciona los olores, le recomendamos que visite a su veterinario exótico para ver si una condición de salud subyacente está causando el mal olor de su tortuga.