Probablemente hayas oído hablar de atletas humanos que se desgarraron el ligamento cruzado anterior (LCA) de la rodilla. Los perros también tienen este ligamento, pero los veterinarios suelen llamarlo ligamento cruzado craneal (LCC).
A diferencia de las personas, un LCA desgarrado en un perro rara vez se debe a una lesión traumática. Más bien, se cree que el ligamento se deteriora con el tiempo hasta que se debilita y finalmente se rompe (especialmente en perros de razas grandes). Los desgarros del LCA en perros de razas pequeñas a veces se asocian con luxación rotuliana crónica, una afección en la que la(s) rótula(s) se mueve(n) fuera de su posición normal.
Los perros pueden presentar una cojera repentina en la pata trasera afectada, pero es probable que se hayan producido cambios en la articulación durante algún tiempo. Esto es importante cuando consideramos la mejor manera de tratar el LCA desgarrado de un perro. Las técnicas quirúrgicas más nuevas cambian la mecánica de funcionamiento de la rodilla, en lugar de reparar el ligamento en sí (que probablemente no sea saludable) o usar un material sintético para imitar su función.
Es posible que algunos perros se recuperen sin cirugía, pero la mayoría de los veterinarios están de acuerdo en que los perros cuyos desgarros del LCA se reparan quirúrgicamente tienen mejores resultados
Por ejemplo, pueden:
- Recupérate más rápido
- Recupera una mejor función articular
- Tener una progresión más lenta de la artritis en la(s) rodilla(s) afectada(s)
¿Cuáles son las opciones para la reparación quirúrgica?
Históricamente, la reparación extracapsular fue el método estándar de reparación quirúrgica para los LCA desgarrados en perros. Actualmente, las opciones se han ampliado para incluir ciertos procedimientos, como la osteotomía de nivelación de la meseta tibial (TPLO) y el avance de la tuberosidad tibial (TTA).
Puede encontrar una explicación detallada de cada uno de estos procedimientos quirúrgicos aquí1.
La reparación extracapsular es el procedimiento menos costoso, pero generalmente se reserva para perros pequeños. TPLO y TTA se consideran superiores a la reparación extracapsular, especialmente para perros que pesan más de 45 libras2 y perros muy activos. Estos procedimientos más especializados generalmente los realiza un cirujano ortopédico veterinario, lo que los hace más costosos.
Las tres técnicas deberían proporcionar una mejora del 85-95 %3 en la cojera una vez que su perro esté completamente recuperado. Ninguno de ellos puede prevenir por completo el desarrollo de la artritis en la rodilla afectada, pero retrasarán su progresión.
Su veterinario o cirujano ortopédico discutirá los pros y los contras de cada procedimiento y lo ayudará a tomar la mejor decisión para su perro.
Recuperación postoperatoria
Es imperativo que los propietarios entiendan la importancia del período de recuperación después de la cirugía. Debe estar preparado para confinar a su perro y limitar su actividad durante al menos dos o tres meses. Si bien esto puede ser un desafío, especialmente para perros jóvenes y activos, es fundamental para una curación adecuada.
Si es necesario, su veterinario puede proporcionarle algún medicamento sedante para ayudar a su perro a descansar mientras se recupera.
¿Siempre se necesita cirugía?
La mayoría de los veterinarios recomiendan la cirugía para los LCA desgarrados siempre que sea posible. Sin embargo, no es la solución perfecta para todos los perros.
Los factores que afectan su decisión pueden incluir:
- La edad y la capacidad de su perro para someterse a la anestesia general de forma segura
- El tamaño de su perro (los perros que pesan menos de 30 libras pueden estar bien sin cirugía)
- Si su perro está inmunocomprometido o tiene una enfermedad crónica de la piel, lo que podría aumentar su riesgo de infección posoperatoria
- La capacidad de su familia para cumplir con la restricción de ejercicio posoperatorio, el control del peso y la rehabilitación física
- Consideraciones financieras
Dra. Evelyn Orenbuch, especialista en rehabilitación certificada por la junta, analiza el tratamiento no quirúrgico (incluidas las rodilleras) aquí4.
La importancia de la rehabilitación física
La rehabilitación es una parte importante del proceso de recuperación tanto para pacientes quirúrgicos como no quirúrgicos. Tiene muchos beneficios potenciales y pocos riesgos cuando se realiza correctamente.
La rehabilitación física abarca una amplia gama de opciones de tratamiento, desde el trabajo en cinta rodante bajo el agua hasta la terapia con láser de bajo nivel y el ultrasonido terapéutico. Su veterinario debería poder recomendarle un especialista local en rehabilitación.
El papel de las terapias complementarias
Ya sea que su perro se someta a una cirugía o no, existen otros factores que pueden aumentar la probabilidad de una recuperación exitosa:
- Perder peso (si es necesario) o mantener su condición corporal ideal
- Suplementos dietéticos como glucosamina y sulfato de condroitina, mejillón de labios verdes (GLM) y ácidos grasos omega-3; estos pueden ayudar a aumentar la movilidad de su perro y reducir la cantidad de analgésicos que necesitan
- Productos biológicos como células madre y plasma rico en plaquetas (PRP); esté atento a las nuevas investigaciones que estarán disponibles en esta área
Siempre consulte con su veterinario antes de comenzar un programa de pérdida de peso o de introducir nuevos suplementos en la dieta de su perro.
¿Cuál es el pronóstico de recuperación de un desgarro del LCA?
La mayoría de los clientes están satisfechos con el resultado de la reparación quirúrgica. Si todo va bien, la combinación de cirugía y rehabilitación puede permitir que los perros retomen sus actividades normales en tan solo tres meses.
Para los perros que no se someten a cirugía, los dueños deben estar preparados para un largo camino hacia la recuperación. Es posible que sea necesario restringir el ejercicio hasta por un año, ya que existe el riesgo de volver a lesionarse el LCA en cualquier momento, el perro puede tener una cojera permanente y la artritis progresará más rápidamente que en los perros tratados quirúrgicamente.
También es importante tener en cuenta que una gran cantidad de perros (las estimaciones oscilan entre el 30 % y el 50 % o más) que se rompen el LCA se lesionarán el mismo ligamento en la otra pata trasera en uno o dos años. Este número puede ser aún mayor para los perros que no se someten a una reparación quirúrgica.
Una nota sobre el seguro de mascotas
La cirugía para un LCA desgarrado no siempre está cubierta por un seguro para mascotas. ¡Esto puede ser una sorpresa muy desagradable cuando se enfrenta a una costosa factura del veterinario!
Al mirar diferentes pólizas, pida explicaciones claras de lo que está y no está cubierto, para que pueda decidir qué funcionará mejor para usted.