Criados para ser el perro guardián perfecto, los dóberman tienen la reputación de ser protectores e intimidantes. Sin embargo, las apariencias pueden ser engañosas y los dóbermans bien entrenados pueden ser mascotas muy gentiles. Sin embargo, ¿eso significa que los dóberman son buenos con los gatos?
Con el entrenamiento y la supervisión adecuados, los dóberman pueden ser buenos con los gatos,pero probablemente requerirá más esfuerzo con esta raza que con otras. En este artículo, discutiremos cómo ayudar a los dóbermans y los gatos a vivir en armonía, incluidos consejos para presentaciones exitosas.
Dobermans y gatos: ¿cuáles son las preocupaciones?
Como mencionamos en la introducción, los dóberman son una de las razas comúnmente estereotipadas como agresivas e incluso peligrosas. Con estos pensamientos en mente, tiene sentido pensar dos veces antes de emparejar un dóberman y un gato en la misma casa.
Al igual que muchas razas llamadas "agresivas", la reputación del dóberman no es del todo merecida. La crianza, el entrenamiento y la socialización se combinan para producir un perro cariñoso con su familia, mientras está alerta y vigilante con los extraños.
Sin embargo, como muchas razas, los dóberman tienen un instinto de presa, lo que les da el instinto de perseguir animales más pequeños como los gatos. En muchos casos, estos instintos se pueden superar con el entrenamiento y la supervisión adecuados, lo que permite que los dóberman vivan felices con los gatos.
Jugar al casamentero: Emparejar al gato adecuado y al dóberman
Un factor clave que garantizará el éxito de la convivencia de un dóberman y un gato es emparejar a los animales adecuados desde el principio. Parte de esta decisión dependerá de si el gato o el dóberman serán nuevos en la casa.
Si ya tienes un gato y estás agregando un Doberman, los cachorros son los más fáciles de entrenar y socializar para aceptar al minino. A menos que un Doberman adulto haya sido criado con un gato, es difícil saber cómo reaccionará ante uno. No quiere decir que no puedas enseñarle a un perro adulto recién adoptado a aceptar un gatito, pero probablemente será más difícil.
Si traes un gato a una casa donde ya vive un dóberman, la personalidad del gatito es esencial para el éxito. El impulso de presa del Doberman hace que sea difícil resistirse a perseguir animales más pequeños que se mueven rápidamente. Elegir un gato adulto tranquilo, preferiblemente uno que ya esté familiarizado con los perros, ofrece las mejores posibilidades de éxito.
Los gatos que saben cómo evitar actuar como presas tienen más probabilidades de convivir satisfactoriamente con cualquier tipo de perro, incluido un dóberman. Por ejemplo, los gatitos rápidos y enérgicos pueden ser difíciles de resistir para el perro, y los gatos bebés son especialmente más propensos a comportarse de esta manera.
Si vas a tener un cachorro y un gatito al mismo tiempo, tienes más posibilidades de que los animales se acepten entre sí rápidamente, aunque aún tendrás que supervisarlos mientras aprenden a jugar juntos correctamente.
Los 5 consejos para presentar dóbermans y gatos
Cuando llegue el momento de presentar a su gato y al dóberman, estos son algunos consejos para ayudar a que la reunión sea un éxito.
1. Comience presentando aromas
Comienza el proceso de presentación dejando que el gato y el dóberman se acostumbren al olor del otro, sin que nadie los vea. Por ejemplo, alimente a los dos animales a ambos lados de una puerta cerrada. Este método les permite acostumbrarse al olor del otro y también ayuda a mantener la experiencia positiva al incluir una comida sabrosa.
2. Mira, pero no toques
Una vez que las mascotas parezcan felices de comer mientras se huelen, pase al siguiente paso permitiéndoles verse, pero no interactuar. Una opción es colocar una puerta para bebés en una puerta con un animal a cada lado. También puedes colocar a cada animal en una jaula o transportador y dejar que se observen entre sí. Manténgase relajado y mantenga el ambiente positivo ofreciendo golosinas a cada animal.
3. Presentaciones supervisadas y restringidas
Una vez que el dóberman y el gato parezcan relajados en la compañía confinada del otro, pase a las presentaciones cara a cara. Mantén al perro atado para que puedas controlarlo rápidamente si trata de perseguir al gato. Tenga ambas mascotas en la misma habitación y continúe ofreciéndoles golosinas. Probablemente necesitará un asistente para este paso. Una persona puede mantener al perro bajo control, mientras que la otra alimenta al gato con golosinas. Asegúrate de que el gato siempre sienta que tiene una ruta de escape, ya sea fuera de la habitación o hacia un terreno más alto.
4. Juego supervisado
Una vez que el gato y el dóberman se sientan cómodos el uno con el otro, puedes pasar a permitirles a ambos la libertad de interactuar, mientras aún están bajo tu supervisión. Nuevamente, asegúrese de que ambos animales sientan que pueden escapar el uno del otro si es necesario. Continúe ofreciendo refuerzo positivo en forma de golosinas.
Si, en algún momento, alguno de los animales parece incómodo o muestra agresión, vuelva al paso anterior y dedique más tiempo a dejar que se conozcan. No hay un cronograma establecido para estas presentaciones, ya que dependerán mucho de las personalidades de las mascotas involucradas.
5. Juego sin supervisión (opcional)
Dependiendo de tu nivel de comodidad, puedes llegar a un punto en el que te sientas seguro dejando que el gato y el dóberman tengan libertad en la casa, ya sea que estés en casa o no. Algunos dueños de mascotas pueden preferir ir a lo seguro y confinar al gato y al perro por separado cuando no haya nadie cerca. Nuevamente, esta es en gran medida una elección individual y depende de qué tan bien creas que el gato y el dóberman se llevan bien.
Conclusión
No todos los Doberman tienen la misma intensidad de instinto de presa. Es posible que algunos nunca tengan interés en perseguir gatos, mientras que otros pueden nunca ser confiables cuando están cerca de pequeños animales de presa. Las estrategias y los consejos de este artículo ofrecen una excelente oportunidad de producir un dóberman que sea bueno con los gatos, así como un gato que sepa cómo manejar un dóberman. A pesar del dicho, "pelear como perros y gatos", estas dos especies son perfectamente capaces de coexistir felices, especialmente con dueños proactivos y persistentes.